
Introducción
En este momento de la historia de las IENS, escuchamos el grito de los pobres, en lo más profundo de nuestro corazón. Este grito, siempre ha estado presente en nuestras respuestas y acciones, pero más ahora, con nuestro Compromiso Público como Congregación Laudato Si’. Este grito está tan presente en el corazón de esta encíclica, como en USTEDES SON ENVIADAS: “Alertas de las condiciones de rápido desarrollo, en una sociedad cambiante, discernimos, a qué condiciones del mundo estamos llamados a responder. Tratamos de reconocer quiénes son los pobres…” (VSE, DG 37). Este grito de los pobres es uno de los gritos de la Creación. (cf. Mensaje del Papa Francisco para el Tiempo de la Creación -2022), es el segundo de los siete objetivos de Laudato Si’, que propone defender la vida en la Tierra, prestando especial atención a los colectivos vulnerables. Estamos llamadas, a responder al grito de los pobres, y defender la vida en todos los sentidos.
Llamado a la oración
Con una comunidad abierta, disponible, siempre dispuesta a responder a las necesidades de los vecinos de la Iglesia, aquellos que se encuentran con nosotras, nuestra primera respuesta, es la Oración. “Oh Dios de los pobres, ayúdanos a rescatar a los abandonados y olvidados de esta tierra, tan preciosa a tus ojos… Te damos gracias por estar con nosotras todos los días. Danos coraje, te lo suplicamos, para luchar por la justicia, la caridad y la paz”. (Cita de Oración por nuestra Tierra, Laudato Si’ 246).
Experiencia
El amor que abrazamos como mandamiento de Dios, y como seguidores de Jesús, llama a todos los cristianos, a cambiar su estilo de vida, acoger a los vulnerables y proteger nuestra casa común, vivir con sencillez, ser conscientes de las necesidades de los demás, y mostrar amor por el Planeta, y por los que viven en él.
Como comunidad de las IENS, en la Capilla Nuestra Señora de la Paz, que se encuentra en las afueras de Adrogué, Argentina, buscamos acompañar a los más pobres, con especial atención a los grupos vulnerables de inmigrantes, (bolivianos, peruanos, paraguayos, y del interior de nuestro país) que a veces las familias están en riesgo, por la esclavitud moderna, familias en su sufrimiento, especialmente en este tiempo post-pandemia. Pensamos, por ejemplo, en Lucy y su nieta, que siempre nos reciben con una sonrisa, y nos agradecen la visita y la ayuda que reciben. Estos se quedaron sin trabajo, sin “oportunidad” (trabajar sólo por un día, o sólo por unas pocas horas) de supervivencia, día tras día, con el sufrimiento de muchas muertes de familiares, y amigos, a quienes no tuvieron la oportunidad de decir adiós, por los protocolos de aislamiento del Covid-19. Nuestra ayuda, es la entrega mensual de alimentos, a través del trabajo en red (networking) con otras comunidades, pero, sobre todo, apoyándolas con la pastoral de la escucha, y el apoyo.
También nos hicimos muy cercanas a Dolores, cuando su humilde hogar se incendió, y lo perdió todo. Con la ayuda de las familias benefactoras, pudimos ayudarla a reconstruir su casa, y conseguir sillas, mesas y armarios. También preparamos ropa para su bebé Benjamín, que llegó dos meses después en un ambiente cálido. Incluso hoy, está agradecida, de que su esposo haya conseguido un trabajo como ayudante de carpintero, cerca.
Responder a estas realidades, junto con otros, y ayudarlos a crecer, hace una gran diferencia, y es un signo de Esperanza en nuestro camino. También lo recibimos, porque las familias nos dicen que se sienten muy bien con nosotras.
Reflexión
La opresión contra los pobres siempre ha sido una dura realidad a lo largo de los siglos, y su dignidad estaba en juego. Están doblemente empobrecidos: en tiempos de desastres climáticos, y conflictos. El Papa Francisco, nos instó a preocuparnos por los pobres. En la Encíclica Laudato Si’, nos dice que el grito de la Tierra, y el grito de los pobres, son el mismo grito. Literalmente, un grito es una metáfora preñada con muchos significados.
Puede significar el sentimiento de dolor y sufrimiento, la experiencia de tristeza y pérdida, el clamor por solidaridad, compasión, y la búsqueda de más justicia y dignidad.
¿Cuáles son los gritos de los pobres, que escucho en estos días?
Los sufrimientos y las esperanzas de los pobres son también los sufrimientos y las esperanzas de la Iglesia. La Iglesia cristiana, como portadora de la memoria, y de la voz profética de Jesús, es también portadora de la memoria, y de la voz profética de los pobres. Leer VSE Const 17.
¿Cómo estoy/estamos llamadas a responder a los gritos de los pobres, donde vivimos y trabajamos?
Acción
La escucha constante, y atenta del grito de los pobres, y de la creación, nos lleva al cuidado eficaz de la tierra, y de nuestros hermanos y hermanas necesitados. Nuestras decisiones de acción, basadas en el Evangelio, buscan el bien común, y eligen aquellos que casi nadie elige. Hemos sugerido algunas ideas de acción, que pueden ser desencadenantes, para responder en todos los lugares donde vivimos, y ministramos las NEE.
- Networking: formar redes para generar recursos y bienes, pero también para ofrecer talento, como: escuchar y apoyar a Caritas Internacionales Pax Christi, y congresos religiosos en cada lugar, etc.
- Comprometernos personalmente, y como comunidad al estudio de los documentos de la Iglesia, para conocer las causas de las estructuras injustas, y poder actuar. Sugerimos para este mes el Capítulo III de Laudato Si’, «Raíces humanas de la crisis ecológica», y el Capítulo III de Fratelli Tutti, «Pensar y crear un mundo abierto», así como el Mensaje del Papa Francisco 2022, para la VI Jornada Mundial de los Pobres “Jesucristo se hizo pobre por ti”. (2 Corintios, 8, 9)
- Pensad como, comunidad/escuela/Iglesia, en un gesto concreto, que responda al grito de los pobres que os rodean.
Oración final
Una oración escrita por Pedro Casaldáliga, que ofreció su vida entera por los más pobres de la Amazonía, haciéndose pobre con ellos, y por ellos. Defensor incansable de los derechos humanos, a pesar de las constantes persecuciones, y amenazas de muerte.
Manos juntas
Que seamos, Señor, manos unidas
en la oración y en el don.
Unidas en vuestras manos,
en las manos del Padre.
Unidas en las alas fecundas del Espíritu Santo,
unida a las manos de los pobres.
Manos evangélicas, sembradoras de vida,
lámparas de Esperanza y Paz.
Unidas en tus Manos solidarias,
partiendo el pan con cada uno,
Unidas a tus manos traspasadas
en la encrucijada del mundo.
Unidas, ahora a vuestras gloriosas Manos Pascuales.
Manos abiertas, sin límites,
mientras hayan manos,
capazes de abrazar al mundo entero,
siendo fiel a tu reino.
Animado en la pasión por la justicia,
Tierno en el amor.
Manos que dan lo que reciben,
en agradecimiento múltiple,
Siempre más manos,
Siempre más unidas.
(Pedro Casaldáliga “Manos Unidas”)
Preparado por Canisia Alger, Paola Baliño y Yanina Cejas,
Provincia de América Latina y el Caribe, para la Red Internacional Shalom. Gráfico: Orientación direccional del 24º Capítulo General. Diseño: Oficina de Comunicación Internacional.