Oración

Orar nos abre a una relación más profunda con Dios y entre nosotros, con todas las personas y toda la creación. La oración transforma a las personas ya las comunidades, inspira amor y servicio, ilumina y fortalece a todos para la acción profética.

 En la oración fundamentalmente reconocemos, aceptamos y nos entregamos con libertad a la realidad de quien es Dios y quienes somos nosotras, criaturas amadas sin reservas por nuestro Creador. Venimos ante Dios dispuestas a cambiar y a aceptar nuestra misión con más intensidad en la  medida en que somos atraídas a una unión más íntima con El. La oración da coherencia a toda nuestra vida religiosa; afianza el ritmo de nuestras vidas dando énfasis sea a la persona, sea a la comunidad, sea al mundo que servimos. Así, la oración es nuestra respuesta continua a la Ilamada continua de Dios a la misión.

Somos Enviadas, Constitución, 28